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jueves, 26 de noviembre de 2009

Montenegro: el imparable ascenso de un recién nacido

Hola de nuevo amigos. En esta ocasión quiero volver a hacerme eco de un artículo de mi compañero Álex de BasketMe, se trata de la selección de Montenegro, espero que disfruteis leyendo este excelente artículo como lo hice yo.

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La República Federal de Yugoslavia, o la Antigua Yugoslavia como todos la conocemos, siempre tuvo algo especial para los deportes de equipo. Un punto de magia, competitividad, carácter, clase, sexto sentido... un 'algo' que convertía a los equipos plavi en terribles rivales dentro de una cancha de balonmano, voleibol, fútbol, waterpolo y, por supuesto, baloncesto. El legado de aquel país continúa muy vivo representado en las figuras de las naciones surgidas del proceso de escisión iniciado en 1991. Serbia, Eslovenia, Croacia, Bosnia, Macedonia... y, con sólo tres años de vida, Montenegro.


Montenegro (Crna gora en serbio) toma su nombre de la denominación que los venecianos asignaron a aquella zona en tiempos del reino de Venecia-Lombardía, allá por la segunda mitad del siglo XIX. A orilla del Adriático, acoge a unos 700.000 habitantes, poco más o menos la población de Zaragoza. El 21 de Mayo de 2006, los ciudadanos montenegrinos dieron el sí (con un 55'5% de los votos) en el referéndum sobre la independencia. El resto de países aprobó sin objeciones, incluida Serbia, el resultado de las urnas, por lo que el 3 de Junio nacía la Republica de Montenegro como nación independiente. El nuevo país partiría de unas bases económicas limitadas, pues la gran mayoría de la economía serbo-montenegrina se había centrado en torno al gobierno de Belgrado. A través del turismo y los servicios intenta crecer un país que progresa mucho más rápido, y de forma brillante, en el mundo del deporte.





A pesar de ser ya independiente, Montenegro disputó el Mundial de Japón en 2006 unida aún a Serbia. La derrota ante España en cuartos de final suponía el final de una era y el comienzo de una nueva historia y un ascenso meteórico. FIBA Europa colocó a Montenegro en la División B (habría sido bastante ridículo y una rémora tremenda que hubiese tenido que partir desde División C jugando contra equipos como San Marino o Gibraltar), por lo que su debut oficial debía aplazarse a Septiembre de 2008. A la espera del gran momento, la Federación dirigida por Veselin Barovic (miembro del Partido Democrático de Socialistas de Montenegro, actualmente en el gobierno) se puso manos a la obra con la idea de desarrollar un proyecto serio y sólido. Con los estamentos y estructura directiva prácticamente decidida, había que encontrar para la figura de seleccionador a un técnico con la capacidad y habilidad necesarias para desarrollar un equipo joven en todos los sentidos. Nadie mejor que Dusko Vujosevic, entrenador del Partizan, un hombre que año tras año completa grandes temporadas en Belgrado ayudando al desarrollo y evolución de jóvenes talentos.





Directiva y entrenador confirmados. Momento para diseñar los primeros bocetos del núcleo principal de un roster de nuevo cuño. Vujosevic podía echar mano, para empezar, de un grupo de jugadores veteranos y con experiencia, como Vlado Scepanovic, Predrag Drobnjak, Goran Jeretin, Nebojsa Bogavac o Goran Nikolic. En el otro extremo tenía una generación de joven liderada por Nikola Pekovic, toda una realidad del baloncesto europeo, y compuesta por los Dasic, Golubovic o Vranes. Entre medias jugadores como Omar Cook, Ivan Koljevic o Zarko Rakocevic.


Antes de que el equipo de categoría absoluta comenzase a competir de forma oficial, las categorías inferiores comenzaron rápidamente a acumular los primeros éxitos del baloncesto montenegrino. La selección sub20 se proclamó campeona del Eurobasket B, consiguiendo el ascenso instantáneo a una División A en la que acabaría quinta al año siguiente. En ambos torneos brilló con luz propia el ahora jugador del Real Madrid Vladimir Dasic, que se fue hasta los 22'8 puntos por partido en 2008. Semanas después, Montenegro conseguía el primer oro europeo de su historia con la victoria de la selección de Waterpolo en el Campeonato de Europa disputado en Málaga. Ese mismo año, el equipo de balonmano jugaba su primer europeo cuajando una buena actuación y el equipo de fútbol conseguía sus primeros puntos en partido oficial, en la fase de clasificación para el mundial de Sudáfrica, ante selecciones asentadas como Irlanda o Bulgaria. El deporte montenegrino, tal como nos decían a aquellos que éramos buenos chicos en el colegio, progresaba adecuadamente.





El 6 de Septiembre de 2008 se convertiría en el primer gran día de la historia del baloncesto de Montenegro, con el debut de la selección en el Eurobasket B en La Almere, Holanda. Montenegro venció 63-70, con 11 puntos y 9 rebotes de Nikola Pekovic, en el que sería el único partido de todo el campeonato ganado por menos de diez puntos. Diez partidos, diez victorias. Una autoridad tremenda y la sensación de ser un equipo totalmente hecho y experimentado. Un año después del debut oficial, Montenegro conseguía el ascenso a División A en la eliminatoria final ante Suecia.


Dusko Vujosevic ha formado un equipo sólido y muy competitivo. Cualquier análisis de la plantilla debe comenzarse fijándonos en la pintura. Allí encontramos a la gran figura del equipo, Nikola Pekovic. Campeón de la Euroliga la pasada temporada con Panathinaikos y uno de los mejores pívots del continente, Pekovic es un viejo conocido de Vujosevic (el center estalló de forma definitiva en las filas del Partizan) y la referencia ofensiva y líder del equipo. A su alrededor se sitúan toda una colección de torres que dan una profundidad interminable al juego interior. Desde el veterano Predrag Drobnjak hasta jugadores aún en proceso de maduración como Vladimir Golubovic, Slavko Vranes e Ivan Maras.





A caballo entre el juego interior y el exterior se mueve Vladimir Dasic. La estrella de las categorías inferiores tiene ya un puesto fijo en la selección absoluta gracias a su versatilidad y su talento. Fichado por el Real Madrid de Ettore Messina, forma junto a Pekovic la pareja sobre la que sentar todas las bases del futuro del equipo.


El otro gran líder del equipo se encuentra en el perímetro. Vladimir Scepanovic, campeón mundial y europeo con la antigua Yugoslavia, se mantiene aún, a pesar de su veteranía, como un más que solvente anotador y acumula experiencia de sobra para convertirse en el perfecto tutor de los más jóvenes. A su lado suele partir de titular Zarko Rakocevic, un todoterreno que juega a las órdenes de Vujosevic en el Partizan. Del banquillo salen Goran Jeretin, la otra gran arma perimetral del equipo y Milos Borisov. La quinta opción en las alas ha sido el jugador del Estrella Roja Boris Bakic.





El director de juego de Montenegro es el base de Unicaja Omar Cook, que consiguió el pasaporte en 2008 en uno de esos procesos de nacionalización difícilmente entendible desde la perspectiva de nuestro país. El neoyorquino, estrella en su etapa universitaria en las filas de Saint John's se ha ido convirtiendo en un excelente director de orquesta que sacrifica su brillo individual para hacer jugar a sus compañeros. Con el buen acompañamiento del que disfruta, es pues lógica la facilidad con la que juega el equipo. Su suplente es otro conocido de la afición española, Ivan Koljevic, toda una gran promesa hace unos años que no ha llegado a conseguir explotar o ser medianamente regular, pero aun así un buen reemplazo para Cook.


El grupo de los Dasic, Pekovic, Vranes o Golubovic son ya el presente del baloncesto montenegrino. La siguiente generación muestra estar también bien preparada para unirse al reto y Sead Sehovic (Buducnost), Nikola Vukovic (USC, NCAA) y Nemanja Vranes son el futuro cercano de su selección. Decimos cercano porque, un poco más adelante, podremos ser testigos de la llegada de talentos como los sub18 Nemanja Radovic o Bojan Dubljevic.





Montenegro tiene todo lo necesario para seguir por el buen camino. Juego interior y exterior, físico, centímetros, dirección, calidad y una mezcla perfecta de veteranía y juventud a disposición de un magnifico entrenador. Además, tienen hambre de triunfo, ilusión y el ansia por defender el honor de una nueva nación. El país de la humanidad y la valentía, según reza su lema nacional, mira al futuro con esperanza mientras experimenta un crecimiento esplendoroso. El año que viene comenzará una nueva etapa, con la fase de clasificación para el EuroBasket de 2011. Una oportunidad perfecta para que el jovencito de tan sólo tres años siga su acelerado progreso y se haga mayor de edad camino de Lituania. Montenegro está, sin duda, preparada para el reto.


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